lunes, 5 de diciembre de 2016

Cine Van – Parque Almendra, Barrio San Roque De la ficción a la realidad


CineVan – Parque Almendra, Barrio San Roque
De la ficción a la realidad




            El parque Almendra del Barrio San Roque, gracias a las obras de sostenimiento y renovación tiene hoy en día una gran vida y mucha actividad. Llegamos a proyectar y encontramos la final de un campeonato de fútbol, una novena a la virgen y la inauguración de la iluminación navideña, y casi al final de la proyección empezaba una clase frecuente de rumba-terapia.  Proyectamos junto a una bonga de más de 100 años, en una excelente concha acústica, rescatada de ser casi un basurero, según comentó una vecina mientras se preparaban para la ver la película.

Proyectamos Refugiados, una película sencilla que ha sido muy propicia para hablar abiertamente, de la violencia de género en el hogar, con niños y adultos sin distinción, sin ser una película que se centre necesariamente en las escenas de violencia.


En esta oportunidad  los espectadores eran muchas familias, que después de participar en otras actividades se quedaron para ver la película,muy motivados también por las crispetas; poco a poco, porque ya se habían comido las crispetas, o llamados por volver a la casa o por otra actividad en el parque se fueron retirando.

Quedaron hasta el final de la proyección un pequeño grupo de mujeres, algunos hombres y niños dispersos entre las graderías. Nos reunimos un poco más cerca y conversamos sobre la película y fueron poco a poco las mujeres opinando y hablando de situaciones más cercanas, hasta que una de ellas, abrió su palabra para contar su propia experiencia en la que compartió muchos matices, momentos y reflexiones frente a la realidad del maltrato.




Nos contó esta mujer como ha sufrido golpes y maltrato de su esposo y como ella también se ha convertido en una mujer que lo golpea y le hace daño desde la misma necesidad de defenderse; nos contó también como ha hecho los procesos legales para pedir que le ayuden a sacarlo de la casa, y no ha conseguido que esto sea posible.

Luego de contarnos sobre los abusos, sus reacciones, su recorrido por lo legal, y sus manera de rehuir a las situaciones de maltrato,  le pedimos nos diera su más importante consejo para otras mujeres, sin titubear nos dijo, como una fórmula a la ligera pero muy contundente “mantengan la mente en otra cosa” “No se queden pensando en la situación o en lo que hace o no hace el marido” ; En su caso, lo que ha hecho es estudiar, y dice que fue una mujer maestra en un bus la que le dio la motivación y el impulso a hacerlo.


Hasta ahora, estudiar y trabajar, le ha permitido ganar independencia económica y seguridad en si misma con la que ha logrado evitar y casi eliminar las situaciones de abuso y maltrato físico; ahora le queda lograr definitivamente hacer una separación física y acabar con las situaciones de maltrato psicológico y emocional al que se están sometiendo mutuamente al sostener la convivencia a la fuerza.

El papel de la maestra y otras mujeres del barrio son partes fundamentales de su relato; Fue justo la maestra quien la motivó, le apoyó a gestionar una beca y participar en grupos de mujeres la ha sostenido firme. Las mujeres que le apoyan a su alrededor han sido la fuente que le ha permitido superar y revertir esta fuerte situación en su vida, y fue realmente conmovedor sobre todo por lo replicable que resulta para otras mujeres la oportunidad de tejerse para sanar y cambiar situaciones de vida.


En esta historia con respecto a lo legal, lo que vemos es que aun la burocracia y la lentitud aleja demasiado los procesos de la urgencia y preponderancia de la vida real y se vuelven a veces incluso más un territorio de ficción.

Mientras que los encuentros reales, las alianzas reales entre mujeres, se tornan como estrategias poderosas, de muy pronto resultado y con satisfactoria multiplicación; y ese mensaje fue el que recibieron las mujeres de San Roque, de la voz de 5 mujeres del barrio al micrófono, sobre su sentir frente al abuso y el maltrato.

Una noche más que la Cinevan propicia el espacio para hablar del tema abiertamente, y decir en un micrófono que ya no nos queremos quedar callados con respecto a esto.


Por Adriana Dávila




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